Diálogo interactivo con el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias
Deseo agradecer las presentaciones efectuadas por el Relator Especial sobre la libertad de religión o creencias, y el Presidente del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas, procedimiento especial al cual me voy a referir a continuación.
En primer lugar quisiera felicitar al Grupo por el completo reporte sobre sus actividades durante el año pasado, en el cual se cumplió el vigésimo aniversario de la Declaración sobre la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas. Al respecto, deseo agradecer la realización del evento conmemorativo que abordó las mejores prácticas y desafíos para proteger a las mujeres de las desapariciones forzadas y sus impactos; y los desafíos y las mejores prácticas en la implementación de la Declaración en el área de prevención, justicia, verdad y reparación de las víctimas de desapariciones forzadas.
Asimismo, se destacan las actividades conjuntas realizadas con el Comité de Desapariciones Forzadas, a partir de la primera reunión celebrada entre ambos órganos, el 8 de noviembre de 2011; y los comentarios generales sobre niños y las desapariciones forzadas, y sobre mujeres y las desapariciones forzadas.
En este sentido, deseo resaltar el párrafo en el que el Grupo de Trabajo reconoce que las mujeres están al frente en la lucha contra las desapariciones forzadas. No quiero dejar de señalar que la incansable labor de nuestras Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, en el caso argentino, es un claro reflejo de ello.
Por otra parte, también se valora la decisión del Grupo de Trabajo de incluir una sección temática en sus informes anuales, y se agradecen las consideraciones efectuadas en materia de reparación; en particular, de la recomendación de establecer un programa nacional de reparaciones que incluya la indemnización, la restitución, la rehabilitación, la satisfacción y las garantías de no repetición para todas las víctimas de violaciones de derechos humanos, incluidas las desapariciones forzadas.
Al respecto, subrayo su consideración de que el establecimiento de sitios de memoria y monumentos, contribuye tanto al reconocimiento social colectivo de las violaciones que han ocurrido, como al rechazo y repudio de estas medidas.
Esto es lo que se ha venido efectuando en la Argentina desde mayo de 2003, a partir de la decisión del Estado Nacional de impulsar una activa política pública de derechos humanos basada en los pilares de memoria, verdad, justicia y reparación. De esta manera, surgieron y se consolidaron en todo el país diversas experiencias de recuperación y marcación de aquellos lugares donde funcionaron centros clandestinos de detención durante la última dictadura militar. Algunos de estos terrenos o edificios fueron completamente reconvertidos en sitios de memoria y museo donde se desarrollan diversos tipos de actividades.
Clara muestra de ello es la decisión adoptada por el gobierno del ex Presidente Néstor Kirchner, el 24 de marzo de 2004, de crear el Espacio Memoria y Derechos Humanos en los predios de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionó durante la última dictadura uno de los emblemáticos centros clandestinos de detención, tortura y exterminio, en el que fueron desaparecidas alrededor de cinco mil personas.
Señor Presidente,
Antes de concluir mi intervención, deseo sumarme a la preocupación manifestada por el Grupo sobre los inconvenientes en la traducción de las comunicaciones y de sus informes; y el carácter inadecuado de la página web. En este sentido, si bien todos somos conscientes de las dificultades financieras por las que atraviesa el sistema, las características de las labores de este procedimiento especial, requieren que estas cuestiones sean abordadas apropiadamente.
Muchas gracias.