Foto WTO/ANTARA
Deseo agradecer la hospitalidad del Gobierno de Indonesia y del pueblo de Bali por la organización de esta Conferencia. Hago también oportuna esta ocasión para saludar al Presidente de la Conferencia y al nuevo Director General de la OMC, Roberto Azevedo, a quien agradezco el empeño puesto, desde que asumiera su cargo hace muy pocos meses, en revitalizar las negociaciones comerciales en la OMC.
Creo que tenemos la impostergable tarea de realizar una reflexión sobre la incapacidad colectiva para alcanzar medidas concretas a favor del desarrollo.
La dificultad de avanzar en la Ronda de Doha, concebida como la "negociación para asegurar el desarrollo" y "equilibrar los resultados de la Ronda Uruguay", pone en peligro no solo la credibilidad de la OMC sino que afecta a las perspectivas del sistema multilateral de comercio. Son riesgos que no se atemperarían forzando un acuerdo desbalanceado por el solo hecho de mostrar un resultado.
Su Excelencia el Sr. Presidente de la República de Indonesia, señor Susilo Bangbang Yudhoyono, incluyó varias referencias en su discurso de apertura, en el día de ayer, a la necesidad de procurar un sistema multilateral de comercio más justo y equitativo que hacen a la esencia del problema que enfrentamos. Ustedes saben que muchos negociadores en Ginebra consideran a estos atributos (fairness and equity) como completamente ajenos a la realidad de las negociaciones en la OMC. No nos puede sorprender, en consecuencia, que no haya Buenos resultados.
En definitiva si el paquete de Bali adolece, como creemos adolece, de falta de equilibrio, esto es así porque las pretensiones de los miembros no tuvieron hasta aquí cabida en los textos negociados en Ginebra y, más fundamentalmente aun, porque el conjunto en su estado actual, a nuestro entender, no es representativo ni hace justicia al Mandato de Doha.
No vemos al Acuerdo de Facilitación de Comercio como un Acuerdo que favorezca a los países más pobres ni que provea un beneficio generalizado, sino que beneficia más a algunos miembros que a otros.
La Argentina apoya la propuesta de dicho acuerdo con la premisa de que el Paquete de Bali incluya medidas sustanciales en el ámbito del reclamo histórico de reformas en la agricultura, un sector muy distorsionado por los subsidios y las políticas implementadas por los países desarrollados y que es el corazón de la agenda de Doha. Sin embargo, por ahora no hay un correlato entre los compromisos solicitados a los países en desarrollo en Facilitación de Comercio con una disposición equivalente de los países desarrollados a asumir compromisos en los temas de agricultura y de desarrollo. Trabajamos para lograr un acuerdo balanceado.
Los países en desarrollo siguen padeciendo las barreras y subvenciones al comercio en sus exportaciones, agricultura en particular. Estas políticas perjudican desde hace décadas a los países en desarrollo afectando especialmente la producción de alimentos. Como todos saben, África era exportadora neta de alimentos antes de la guerra de subsidios y el proteccionismo de los países desarrollados y podría volver a serlo si se reformaran las reglas que rigen el comercio en agricultura.
Lo que nuestros países necesitan no es una liberalización irreflexiva que cristalice sus estructuras productivas y comerciales en torno a bienes primarios y manufacturas de bajo valor agregado. Sin embargo, reducir las barreras de acceso a los mercados de los países desarrollados es condición necesaria para el desarrollo en tanto permite generar las divisas indispensables para cubrir importaciones crecientes asociadas al crecimiento y la industrialización.
En este tiempo de incertidumbre sobre el futuro de las negociaciones comerciales multilaterales, mi país ratifica su compromiso con el Mandato de Doha y nos comprometemos a seguir negociando con espíritu de colaboración y posiciones flexibles, como hemos demostrado hasta aquí.
Creemos que si no hay acuerdo sobre un paquete en Bali, no será porque los elementos del paquete están equivocados o no hayan sido los adecuados, sino más bien porque no se ha trabajado lo suficiente sobre su equilibrio horizontal. No puede haber compromisos para unos y declaraciones o aspiraciones para otros. Proponemos, para el programa de trabajo Post Bali, continuar con esta agenda sobre la base de lograr consensos y compromisos vinculantes en todos los temas, incluyendo los trabajos impostergables en materia de eliminación de los subsidios a la exportación, que deben ser prioridad si aspiramos a restablecer en un sistema de comercio basado en reglas, atributos esenciales como la equidad y la justicia.
Si no llegáramos a un acuerdo sobre un paquete en Bali, no implicará a nuestro criterio el fin del multilateralismo y de la OMC, sino simplemente la demostración de que para lograr un acuerdo es necesario contemplar el interés de todos.
Creemos que no se debe aceptar nuevos temas antes de que las cuestiones incluidas en la agenda de Bali más estrechamente relacionadas con el desarrollo, como la agricultura, el trato especial y diferenciado o la situación de los PMA, hayan sido acordadas. Mal podríamos avanzar hacia una supuesta "agenda del siglo XXI", cuando todavía subsisten sin resolver serios problemas en la agenda del siglo XX.
Muchas gracias